lunes, 21 de septiembre de 2009

"EL SECRETO DE SUS OJOS" DE JUAN JOSÉ CAMPANELLA

La Opinión de... Carlos Torres Checa (desde el festival de San Sebastián). Vuelvo a estar enamorado del cine. No había dejado de creer en él, porque está creado del polvo de los sueños y eso lo hace eterno. Sin embargo, estaba muy decepcionado, dolido y, por supuesto, cabreado hasta el tuétano. Hasta que llegó el día del reencuentro: sábado 19 de septiembre de 2009, Festival de San Sebastián, cuarta película del día: El Secreto de sus ojos, de Juan José Campanella.

Hasta este momento yo había sido bastante infiel: Volqué todos mis deseos audiovisuales hacia las series: Los Soprano, Dexter, Lost, House. Con todas sus rutinas, historias truculentas y trampas argumentales, me dejé engañar voluntariamente y me abandoné a ellas. Lo que se proyectaba en las salas casi me dejaba indiferente. La debacle cinematográfica del cine español fue la puntilla, a pesar de los muchos intentos de autoconvencerme de que había una solución para él. Me hablaban de Haneke, de Spike Jonze, Coixet o Sánchez-Arévalo, pero de verdad, no quería ni probar. Y ahora me arrepiento, porque seguro que habrá otras historias interesantes por ahí en estos últimos cinco años de casi pura abstinencia. Me prometo que voy a recoger carrete y voy a trazarme el álbum de una retrospectiva de películas imprescindibles de este lustro.

El culpable ha sido Campanella. Disfruté un poco con El hijo de la Novia, fui paciente con El mismo amor, la misma lluvia y ya bostecé con Luna de Avellaneda. Pero ahora, a quemarropa, nos dispara esta película que me ha emocionado, hecho reir, soltar una lagrimilla y dejarme tieso como un palo en la butaca. He aquí una bella historia de amor enmarcada en un periodo de 25 años convulsos y cruciales en la historia argentina. En perfecta simbiosis, nos proporciona una historia de crimen no resuelto y de compromiso por encontrar la verdad y proporcionar justicia. Nada nuevo -me diréis- pero en el regazo de unos personajes tan ricos y profundos como los que nos encontramos aquí, este material se refunde y crea un cuadro completamente original. Extraordinarios secundarios, un guión redondo y sin fisuras y una mano maestra que dirige todo el cotarro completan lo que (venga, va, vamos a soltarlo) puede ser una obra maestra.

De veras, no se me ocurre nada mejor que hacer con 6,50 Euros en la mano. Sólo disfrutar del impresionante plano-secuencia de la escena del campo de fútbol vale mil veces la entrada. Ricardo Darín ya no me aburre, Soledad Villamil es un continuo descubrimiento y el secundario de Guillermo Francella será un personaje difícil de olvidar. En la rueda de prensa consiguiente los pude ver a todos. Estaban emocionados, exultantes, conscientes de que la prueba del público español y europeo estaba ya superada.

Hoy es 21 de septiembre y aún sigo recordando cada una de sus escenas. También en esta fecha no me resulta difícil apostar por esta película para la Concha de Oro 2009. Y en un año en el que descansa la potente maquinaria de marketing de Almodóvar, tiene muchas papeletas para el Oscar a la Mejor Película Extranjera.

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